viernes, 3 de diciembre de 2010

Reflexión nocturna

"[...] If there's nothing missing in my life
then, why do these tears come at night? [...]"
("[...] Si no hay nada que falte en mi vida
entonces, ¿Por qué vienen estas lágrimas de noche? [...]"
- Britney Spears, "Lucky" -

Hoy, hace un rato, estuve escuchando esta canción de Britney Spears recordando tiempos de pre-adolescencia. Caí en la cuenta de que la canción es realmente triste. Plantea un asunto de desesperación por no saber que hace falta en la vida propia. Y lo peor de todo es que lo deja ahí, solo un asunto planteado.

La canción no le da un mensaje de esperanza al asunto, no llega a tener un final que logre dar un redondeo a todo el tema de la insertidumbre. "¿Qué es lo que me falta?"

Es algo que mucha gente se pregunta, los que no tienen nada, los que tienen y los que lo tienen todo. Humanamente intentamos llenar ese vacío con muchas cosas. Algunos lo encuentran en cosas sanas que cultivan el alma tales como pasar más tiempo con la familia, dedicarle su momento a cada cosa, disfrutar de un buen vino, compartir la experiencia de viajar, compartir los sentimientos, etc. Otros encuentran llenar ese vacío con cosas no tan sanas como fumar, tomar en exceso, ser prepotentes y mandones, llamar la atención, etc. Claro que hay formas mucho mas radicales tales como las drogas o el sexo desenfrenado en un extremo y la muy desarrollada ligereza de espiritu de la persona a la que no le importa nada.

Pero lo cierto es que todas esas cosas eventualmente encuentran su final. Los cigarros se acaban, las copas de vino se quedarán vacias, los viajes se terminan, el dinero se acaba, el efecto de la droga cesa, el placer carnal es momentáneo... y es ahí cuando empiezan nuestros vicios. Cuando intentamos que esos placeres mundanos duren más de lo que están hechos para durar.

¿Qué tal si miramos un poco más allá? Más allá de lo efímero de un placer y empezamos una verdadera búsqueda por aquello que saciará nuestro corazón. No quiero imponer ideas, al final cada uno es libre de hacer sus propias decisiones pero ¿Qué pasaría?

Un muy buen amigo mío me dijo alguna vez palabras muy sabias cuando discutíamos sobre la depresión de un personaje de ficción. Me dijo: "Le falta Dios en su vida". Alguien puede creer tenerlo todo y ser feliz con eso. Pero dependemos de eso en muchas maneras. Britney describe muy bien la situación de muchas personas. Los que poco tienen ansían tener más, pero si aún aquellos que lo tienen todo lloran porque aún les falta algo, por simple lógica se puede concluir entonces que al tenerlo todo no se solucionan los problemas de fondo. Nace entonces la pregunta: ¿Qué significa tenerlo "todo"?

Por más que no suene a mucho, son palabras cargadas de contenido. San Lucas en su evangelio nos presenta la historia de un joven rico. Este jóven era bueno, pues según el pasaje, cumplía con todas las leyes judías dadas a Moisés por el mismísimo Dios. Y le preguntó a Jesús que qué era lo que él necesitaba para poder conseguir la vida eterna. Jesús le dijo que debía de ser bueno y cumplir los mandamientos. El jóven contestó que él ya las cumplía y le volvió a preguntar que qué mas necesitaba para conseguir la vida eterna. A lo que Jesús le contestó: "Vende todas tus cosas. Dona el dinero a los pobres y sígueme".

El jóven lo tenía todo. Era jóven y encima era rico pero aún así sabia que le faltaba algo para la vida eterna ya que no pregunta una, sino dos veces. La segunda vez le responden que lo deje todo y que siga a Jesús por boca del mismo Jesús.

Probablemente eso es lo que necesitemos en nuestra vida. Llegar al conocimiento de que lo trascendental en esta vida son los bienes espirituales que podamos obetener. Al morir nos vamos como vinimos, con las manos vacías. Como la historia de esa mujer que guardaba el vestido de fiesta para una ocasión especial y que al final su esposo viudo tuvo que ponérselo a ella el día de su funeral. No nos vamos con nada.

Pero: "Yo sé que soy bueno y que mis bienes espirituales son buenos, a mi nadie me tiene que decir cómo hacer mi vida". Pues todos sabemos que los bienes materiales pueden ser buenos o malos, pero depende de quien los posea y de que uso les dé. Asi tambien hay bienes espirituales buenos y malos.

Y es más, estos bienes que cada uno posea pueden ser buenos, nadie lo niega. Pero tengamos en cuenta esto: Dios, que es todo Amor, envió a su único hijo a la tierra. Jesús, siendo el Hijo de Dios y Dios mismo, dijo a los apóstoles reunidos en Jerusalén antes de su muerte que Él es el camino, la verdad y la vida. Pues si Dios es la verdad, es Él nuestra única y verdadera garantía de que los que tengamos y lo que Él inspire será bueno, porque Él no hace nada malo.

Entonces, si nos dejamos guiar en cuerpo y alma por el Espíritu de Dios, por las enseñanzas de Jesús y por la Voluntad del Padre tendremos la certeza, única y verdadera, de que nuestros bienes espirituales serán buenos.

Ojo, hay bondad fuera de Dios, pero la única garantía de la bondad de espíritu que no deja duda de eso, es que ese sentimiento se encuentre en Dios.

Es a esto a lo que se refería mi buen amigo cuando dijo que "Le falta Dios en su vida". Falta purificar sentimientos, falta entregar esos sentimientos, falta poner en las manos de Dios esas cosas que nosotros no sabemos manejar. Falta buscar el amor en los actos de maldad, falta ver el lado bueno de las adversidades, falta parar el dejarnos llevar por la depresión, falta tener la fuerza de voluntad para dejar los vicios. Falta buscar a Dios... Faltan muchas cosas.

Y a todos nos falta, en mayor o menor medida. Si no nos faltara, seríamos santos dejándolo todo en manos de Dios. Pero nos falta.

Cuando el jóven rico escuchó la segunda respuesta de Jesús, dicen las escrituras, se dio media vuelta y se fue muy triste porque era muy rico.

Actuamos muchas veces como el jóven rico del evangelio. Nuestros bienes materiales nos atan y pese al ofrecimiento de Dios de darnos la mano y ayudarnos, le damos la espalda y nos centramos en las cosas de este mundo sin ver que es Él quien puede darnos la garantía de purificar esas cosas y hacerlas buenas.

En un primer momento es difícil hacerse a la idea de dejar de preocuparnos por el mundo... Pero tengamos en cuenta que el mundo no es solo el dinero, ni el celular, ni el trabajo, ni las obligaciones. El mundo es también la preocupación, el stress, el desamor, la depresión, la cobardía, el miedo, la angustia, las ataduras, el orgullo, la discriminación.

Dios sabe que las cosas que te hacen bien se quedarán, Él no quiere que pierdas tu trabajo ni tu dinero. Él lo que va a hacer es darles nuevo sentido a estas cosas, poniéndolas en el plano que corresponden: en el de las cosas que no te llevas a la otra vida. Más bien, se va a preocupar de cultivar y desarrollar en tí las cosas que sí son importantes como la caridad, el amor, la esperanza, la fe y una larga lista de etcéteras.

Así que animémonos. Yo le respondería a Britney que es justamente Dios lo que falta en su vida. Las lágrimas serían de felicidad si viera lo grande que es Dios y todas las bendiciones que le ha dado al tenerlo "todo" como muchos no tienen.

Para aquellos que conocen realmente a Dios, demos gracias al Señor en la alegría y en el quebranto. Para aquellos que no tanto pues solo anímense a conocer y buscar a Dios. No tienen nada que perder y, sin embargo, tienen mucho que ganar. Se sorprenderían al saber la cantidad de personas que están dispuestas a escucharlos y guiarlos en estos caminos del Señor.

Bendiciones,
Diego

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